INVENTORES
de Innovadores menores de 35 Latinoamérica: Facundo
Noya, Abraham Espinoza, Ishtar Rizzo, Axel Gómez-Ortigoza, Felipe
Gómez Antonio y Henrique Dianin
NotiMx,
Noviembre 2018.- El MIT Technology Review en español premió a
los “Innovadores menores de 35 Latinoamérica” en la Universidad
Panamericana (UP) de Guadalajara, y puso de relevancia los proyectos
de 35 jóvenes innovadores de menos de 35 años, tras 14 meses de
trabajo entre más de 2 mil propuestas que concursaron bajo el lema
“Sé parte del cambio que quieres ver en el mundo”.
Innovadores
Menores de 35 LATAM, se realizó impulsado por MIT Technology Review
en español, la Universidad Panamericana campus Guadalajara y Opinno,
consultora global de innovación española y organizadora del evento,
con el apoyo de Secretaría de Innovación del Gobierno de Jalisco,
Santander, Nissan, Fleet Solutions, Aga, Amazon Web Services y
otras importantes empresas.
INVENTORES
Estos
innovadores crean tecnologías que permiten reimaginar cómo hacen
las cosas.
Facundo
Noya, 25
Argentina
Abraham
Espinoza, 26
México
Ishtar
Rizzo, 27
México
Axel
Gómez-Ortigoza, 26
México
Inty
Gronneberg, 34
Ecuador
Felipe
Gómez, 25
México
Antonio
Henrique Dianin, 32
Brasil
Facundo
Noya
Ebers
Creó
una plantilla inteligente para detectar la aparición de úlceras en
los pies de las personas diabéticas.
Un
paciente entró por su propio pie en un hospital un día y, dos
semanas después, salió con una pierna amputada por debajo de la
rodilla. Todo porque padecía diabetes y no se había dado cuenta de
que se le había producido una herida en un pie. Facundo Noya fue
testigo de esta dramática historia y ello le motivó a diseñar algo
que supliera la falta de sensibilidad en las extremidades que sufren
las personas con diabetes.
Años
después, ese algo se ha materializado en Ebers, una plantilla
inteligente que monitoriza cada pisada para prevenir que el usuario
acabe sufriendo una amputación.
La
diabetes conlleva la destrucción de los nervios sensitivos. Esta
falta de sensibilidad hace que lo que una persona sin la enfermedad
percibiría sin problemas, en un paciente diabético pase
desapercibido si no se realizan exámenes visuales regulares. E
incluso así, muchas veces las úlceras aparecen de modo subcutáneo,
invisibles hasta que es demasiado tarde.
Ebers
posee sensores de presión a lo largo de toda la suela y más
agrupados en aquellas zonas donde normalmente se ejerce más fuerza
al caminar. De esta forma, en cada paso, la plantilla recoge los
datos de presión de estos puntos y los compara con el patrón normal
del usuario, siendo así capaz de detectar cualquier desviación
producida por la presencia inadvertida de un objeto extraño antes de
que provoque una herida o la incipiente aparición de una úlcera.
“Aparte
de la presión, la plantilla mide también la temperatura y la
humedad relativa, lo que sirve para detectar una inflamación en fase
temprana”, explica Noya. El objetivo es medir cualquier cosa que
sea indicativa de la posible aparición de una úlcera y avisar al
usuario, que recibe una alerta en su teléfono mediante la app que
recoge todos los datos generados por la plantilla.
Abraham
Espinoza
SwineTech
Su
sistema de monitorización de granjas porcinas reduce la mortalidad
por aplastamiento de los cerdos.
Cuando
una cerda madre se tumba en su celda en una granja porcina, siempre
cabe la posibilidad de que con su enorme peso acabe aplastando a una
de su crías. De hecho estos desagradables accidentes afectan en
promedio a uno de cada nueve cerditos. Lograr evitarlos supondría no
solo un beneficio para el animal que perece, sino también para los
granjeros, que verían aumentar su capacidad productiva.
Abraham
Espinoza ha desarrollado un sistema bautizado como SmartGuard para
evitar estos incidentes. Aplicando un enfoque de Internet de las
Cosas, inteligencia artificial y un wearable para las cerdas, su
sistema reduce en una tercera parte las muertes por aplastamiento.
“Cuando
un cerdito es aplastado emite un chillido característico”, explica
el joven mexicano. Para detectarlo y discernirlo del ruido ambiental
normal en una explotación porcina, se instalan micrófonos en cada
una de las celdas de la granja. Un algoritmo de machine learning
entrenado para distinguir el patrón particular emitido por un
cochinillo en apuros escucha las señales y, cuando detecta una de
estas llamadas de auxilio comprueba qué micrófono detectó la señal
y si el dispositivo portado por la cerda ha registrado un movimiento
compatible con un cambio de posición. En caso afirmativo, se envía
una señal a este dispositivo para que produzca una descarga de un
impulso eléctrico de estimulación muscular, similar a los
utilizados en rehabilitación terapéutica, con el objetivo de
provocar un cambio en la postura de la madre y la liberación del
cerdito atrapado.
En
estos momentos la empresa está analizando los datos obtenidos en los
pilotos realizados con la primera versión del sistema en varias
granjas de EE.UU. En febrero de 2019 prevén sacar la segunda versión
con mejoras introducidas a raíz de dicho análisis y empezar la
comercialización a gran escala. Grandes productores porcinos de los
tres países norteamericanos ya se han mostrado interesados en
implementarlo.
Ishtar
Rizzo
LIZA
Desarrolló
un dispositivo de diagnóstico de clamidia que podrá mejorar la
salud sexual de la población.
Más
de 1 millón de personas contraen cada día una infección de
transmisión sexual (ITS), según la Organización Mundial de la
Salud. La mayoría de ellas no presenta ningún síntoma, lo que
facilita su contagio, pero en algunos casos las consecuencias pueden
ser nefastas. La clamidia, por ejemplo, la mayor parte de las veces
cursa asintomática pero puede llegar a causar infertilidad. Conocer
si se ha contraído esta enfermedad es el primer paso para tratarla
–se cura con antibióticos – y evitar su propagación, pero lo
habitual es no llegar al diagnóstico hasta no presentar síntomas.
La
joven mexicana Ishtar Rizzo es cofundadora de LIZA, una startup que
pretende contribuir a mejorar la salud sexual de la población
mediante un dispositivo que hace más fácil y privado el diagnóstico
de las ITS.
El
diagnóstico de la infección por clamidia es relativamente sencillo,
pero invasivo y en ocasiones doloroso, pues suele requerir obtener
una muestra del epitelio del interior de las vías genitales. El
dispositivo de LIZA presenta un innovador diseño que le permite
recolectar cómodamente la fracción inicial de la orina y descartar
el resto, sin necesidad de interrumpir la micción ni otras
molestias. Esta muestra pasa en el propio dispositivo por varias
membranas que logran concentrar las células epiteliales que hayan
sido arrastradas junto con la orina, disgregarlas y detectar en su
interior la presencia de la bacteria causante de la enfermedad.
“La
intención es crear un dispositivo que pueda comprarse en todas las
farmacias, como una prueba de embarazo”, explica Rizzo. Así podría
llegarse a un diagnóstico de forma rápida, indolora y sobre todo
privada, algo que la joven mexicana valora especialmente.
En
su opinión existe un estigma social sobre aquellas personas que
acuden a una clínica a interesarse por su salud sexual; el uso de
dispositivos personales como LIZA podría eliminar esta barrera en el
diagnóstico de la clamidia y, en un futuro, probablemente otras
enfermedades de similar naturaleza, como la gonorrea o la sífilis.
Axel
Gómez-Ortigoza
Polybion
Su
empresa fabrica nuevos materiales biológicos más ecológicos
capaces de sustituir a los equivalentes derivados del petróleo.
“Los
materiales sintéticos tradicionales son muy tóxicos y poco
sustentables en su uso y producción”. Así de rotundo se
manifiesta Axel Gómez-Ortigoza, ingeniero biotecnólogo y fundador
de Polybion. Su alternativa consiste en el desarrollo de nuevos
materiales de origen biológico capaces de sustituir a los
sintéticos en su uso actual.
Su
empresa ha desarrollado tres de estos nuevos materiales hasta el
momento: un sustituto de las espumas de los elementos aislantes y de
empaquetado, Fungicel; un sustituto para los paneles de madera
sintética, Lignum; y una alternativa a la piel sintética, Celium.
La
clave de la innovación de Gómez-Ortigoza radica en el uso de
microorganismos, tanto naturales como modificados genéticamente,
para obtener nuevas sustancias en un proceso que fija carbono en vez
de liberarlo a la atmósfera. Bacterias, levaduras y hongos se
alimentan de desechos y producen materiales de alto valor.
“El
producto más avanzado es Fungicel, que reemplaza a espumas aislantes
y que se comercializa en forma de paneles acústicos”, aclara el
inventor mexicano. La empresa produce en la actualidad 2,000 de estas
piezas cada mes, pero la intención es escalar la producción una vez
finalice la ronda de captación de fondos de serie A en la que se
encuentran.
“Una
de las ventajas de Fungicel es que es retardante a las llamas”,
explica Gómez-Ortigoza. “Las espumas sintéticas son altamente
inflamables y para evitarlo hay que añadir una serie de aditivos
químicos que hacen aún más tóxicos estos materiales”, prosigue.
Por el contrario, Fungicel hace que la combustión no se propague por
el material gracias a su composición.
De
Celium, otro de sus productos, el innovador destaca el carácter
ecológico de su producción. No solo no hace falta sacrificar
animales para obtener piel, sino que además su fabricación es
neutra desde el punto de vista de las emisiones de gases de efecto
invernadero, algo que no consigue ni el cuero ni sus alternativas
derivadas del petróleo.
Inty
Gronneberg
Ichthion
Desarrolló
turbinas capaces de extraer los plásticos de los ríos y evitar que
acaben llegando al mar.
Los
mares y océanos se han convertido en un gran vertedero al que llegan
toneladas de residuos plásticos que se acumulan e impactan la vida
de la fauna acuática. Aunque tiremos al bote de basura o incluso al
contenedor de reciclaje adecuado una botella de plástico, ésta
puede terminar llegando al mar, entera o triturada en infinidad de
fragmentos minúsculos, por la acción del viento y las lluvias. La
concientización sobre este problema ha aumentado recientemente, pero
acabar con los plásticos de un solo uso “es complicado y a largo
plazo”, comenta el innovador Inty Grønneberg. “Se calcula que
se
podría acabar con ellos para el año 2035, pero antes, en 2025, la
cantidad de plástico usado se habrá triplicado con respecto a la
actual”, explica.
Es
por ello que este joven ecuatoriano, con familia de origen noruego y
afincado en Reino Unido, cree que es necesario combatir la
acumulación de estos residuos mediante su recogida del agua. Para
ello ha creado Ichthion (antes Remora Marine), una empresa que
desarrolla varios tipos de turbinas capaces de filtrar y recoger los
plásticos de distintos tamaños presentes en las aguas fluviales y
evitar que acaben llegando a los océanos.
“El
problema es la falta de tecnologías de reciclaje en zonas menos
desarrolladas de Asia”, explica el inventor. “Esto hace que haya
tal cantidad de plásticos que pasen desde los vertederos a los ríos
y de ahí al mar”, prosigue. Su solución: unas turbinas que puedan
ser instaladas a bordo de las embarcaciones que recorren estos ríos
y así, mientras realizan su quehacer habitual, proceden a limpiar la
vía fluvial de los residuos plásticos en suspensión.
A
diferencia de un filtro pasivo, los diseños de Ichthion extraen
energía del flujo de agua a través de la turbina, que es utilizada
para extraer los restos plásticos de los filtros y acumularlos. Esto
permite que aumente su eficiencia en la recogida de residuos, siendo
capaces de recolectar 80 toneladas por día en uno de sus modelos, el
Azure, frente a las siete que logran los diseños más eficientes
usados hasta ahora. “Un Azure en un río serviría para suministrar
una planta de reciclaje, haciendo viable su construcción en lugares
donde ahora no las hay por este motivo”, señala el joven inventor.
Felipe
Gómez
FGC
Plasma Solutions
Sus
turbinas más eficientes harán que los vuelos en avión emitan menos
gases de efecto invernadero.
Mientras
que muchos niños y adolescentes sueñan con viajar en cohete, otros
van un paso más allá y se convierten en ingenieros aeronáuticos.
Es el caso de Felipe Gómez, cuya pasión por la propulsión lo llevó
a defender su proyecto de ciencias en la Feria Internacional de
Ciencia e Ingeniería de Intel. En el vuelo de vuelta, su mentor le
preguntó: “¿Te imaginas que en 10 años todos los aviones son más
eficientes gracias a algo que hayas inventado tú?”.
Gómez
ha continuado trabajando con ese objetivo y hoy esa idea de hacer más
eficiente el vuelo está un paso más cerca gracias a su invención.
Se trata de un nuevo diseño de las turbinas de los propulsores que
permite utilizar el plasma para la combustión del combustible,
haciéndolo de una manera más eficaz que los modelos existentes.
“En
la combustión normal, el combustible está formado por moléculas
grandes que se rompen poco a poco en otras más pequeñas, pero el
proceso requiere cierto tiempo, mientras que si se usa plasma, se
utiliza un chorro de electrones para romper las moléculas de
combustible en fragmentos más reactivos”, explica Gómez. Sin
embargo, las ventajas no podían compensar hasta ahora los
inconvenientes de integrar el sistema de plasma en el inyector del
combustor de una turbina.
Su
diseño hace frente por primera vez a estos problemas y ha sido
testado satisfactoriamente en el centro de investigación Glenn de la
NASA, en EE.UU., donde Gómez ha obtenido financiación del
Departamento de Energía del Gobierno para proseguir con sus
investigaciones. Aún faltan entre cuatro y cinco años antes de que
la tecnología de Gómez sea empleada en vuelos reales, pero cuando
llegue a ese punto supondrá un ahorro de entre un 1% y un 5% en los
vuelos domésticos, que son los que en proporción más combustible
gastan en los periodos críticos en los que el nuevo diseño es más
eficiente.
Un
ahorro tan aparentemente modesto, llevado a la escala que supone la
industria de aviación, puede tener un impacto significativo tanto en
su reducción de costes como en la disminución de sus emisiones de
gases de efecto invernadero.
Henrique
Dianin
Project
Company
Desarrolló
y construyó un robot de telepresencia especializado en la
asistencia al personal sanitario.
En
un episodio de la comedia The Big Bang Theory, uno de los
protagonistas, Sheldon, decide crear un robot para que le supla en
sus quehaceres diarios y evitar así el contacto directo con otras
personas. Al verlo, el joven brasileño Antonio Henrique Dianin pensó
que él podría beneficiarse mucho también de algo así, por lo que
se puso manos a la obra. De esta manera nace la primera versión de
R1T1, un robot de movimiento autónomo o controlable en remoto que
sirve de avatar para una persona ubicada en otro lugar.
Una
vez desarrollado el robot para uso personal, Dianin comenzó a pensar
en las posibles aplicaciones útiles de semejante aparato y decidió
enfocar su desarrollo en el sector de la atención sanitaria. En la
actualidad R1T1 se utiliza en distintos hospitales de Brasil como
asistente del personal médico en multitud de situaciones, desde
operaciones de trasplante de órganos a terapias para niños
enfermos.
“Cada
hospital utiliza el robot de una manera distinta”, comenta el joven
inventor. “En los cuatro años que lleva en uso en seis centros
sanitarios, ha sido utilizado en cirugías, unidades de vigilancia
intensiva, para la rehabilitación de pacientes o como agente para
telemedicina”, enumera Dianin.
Además
de la capacidad de servir de vehículo para la telepresencia, el
robot ha incorporado una gran cantidad de funcionalidades. Dotado de
inteligencia artificial para su movimiento autónomo, también
dispone de la capacidad de procesar lenguaje natural, por lo que
puede usarse como vehículo para un chatbot que entienda las
necesidades de los pacientes y pueda ofrecer la respuesta adecuada.
Su
conectividad le permite comunicarse con el equipamiento médico y los
sistemas informáticos de gestión hospitalaria, por ejemplo para
acceder al ecógrafo mientras que el médico realiza una exploración
y mostrar en su pantalla las imágenes.